1 de junio de 199

elcato.org

 

UN ARMA CARGADA EN CASA PUEDE SALVAR A SUS HIJOS

Dave Kopel y Eugene Volokh

A insistencia del presidente Clinton, el Senado votó para obligar a que cada arma que se venda en Estados Unidos venga provista de una cerradura en el gatillo. El próximo paso será una ley -como las vigentes actualmente en la ciudad de Washington y en el Canadá--obligando a la gente a tener sus armas bajo llave. Esto seguramente sucederá después de otra espantosa masacre, como la de Littleton, imposible de evitarse con cerraduras de ningún tipo.

Contrario a la impresión creada por los medios de comunicación, son muy pocos los accidentes fatales de niños con armas. En la mitad de las viviendas de Estados Unidos hay armas, unas 240 millones de ellas y muchas decenas de millones de niños. Sin embargo, en 1995 hubo 30 accidentes fatales con armas de niños de hasta 4 años de edad y menos de 40 entre 5 y 9 años de edad. Esto comprueba que la inmensa mayoría de las familias saben qué deben hacer, sin necesidad de nuevas leyes.

Claro que la muerte de un solo niño es espantosa, pero menos niños mueren heridos de bala que ahogados en baldes de agua y muchísimo menos que los 500 que anualmente se ahogan en piscinas. Es más, el número total de accidentes fatales entre niños de hasta 14 años fue de 6.500 en 1995 y el porcentaje causado por armas de fuego fue de 3%. Sin embargo, el presidente no trata de ganar puntos atacando a los fabricantes de tobos ni de piscinas. Politiquería y no salvar vidas es lo que está detrás de la actual campaña.

¿No es lógico obligar a los padres a mantener sus armas bajo llave y fuera del alcance de los niños? Lamentablemente, no se trata de un análisis así de simple, ya que ese tipo de restricción salva unas vidas, pero también causa muertes.

El presidente Clinton recientemente comparó las cerraduras en los gatillos a las tapas de seguridad en los frascos de medicinas. Se trata de una buena comparación porque esas tapas de seguridad aumentan el número de muertes accidentales, lo mismo que las cerraduras en los gatillos.

Según las investigaciones de Kip Viscusi de Harvard, la ley  que impuso las tapas de seguridad en las medicinas hizo que la gente se preocupara menos en guardarlas fuera del alcance de los niños. Ninguna tapa es totalmente segura, todo frasco se puede romper y el resultado ha sido un mayor número de niños envenenados.

De igual manera, las cerraduras obligatorias en las armas harían que los padres fuesen menos cuidadosos. Y, peor todavía, cualquier tipo de cerradura puede causar accidentes. Las armas modernas no se disparan si se caen al suelo, pero esa misma arma con una cerradura puesta suele dispararse sola si se cae accidentalmente. Por eso, los fabricantes de armas recomiendan no ponerle nunca una cerradura a un arma cargada. La obligación de utilizar cerraduras de hecho sería un retroceso de 50 años en el diseño de armas que ha reducido el número de accidentes en 75%. Además de aumentar los accidentes, estas cerraduras aumentarían el crimen.

Las armas se utilizan comúnmente para defenderse. Los estimados de este uso van desde 110.000 casos al año (Medición Nacional de Víctimas de Crímenes) a 2.500.000 o más (según los estudios de los criminólogos Gary Kleck y Phillip Cook). En la mayoría de los casos, este uso simplemente significa mostrar el arma, sin dispararla, lo cual generalmente hace que el asaltante se retire a la carrera. Nadie realmente sabe cuántas vidas inocentes son protegidas cada año de esa manera.

Nadie sabe tampoco cuántas utilizaciones defensivas se frustrarían si la víctima potencial tiene primero que tratar de desalojar la cerradura de su arma mientras es amenazado por un criminal, en la oscuridad de la noche.

Pero sí sabemos lo que ocurre en países como el Canadá, donde las armas tienen por ley que estar bajo llave: el número de robos es significativamente más alto que en Estados Unidos.

Los ladrones en Estados Unidos evitan entrar en viviendas con gente, por temor a que les disparen. Pero en el Canadá, los ladrones asaltan el triple de viviendas ocupadas, sabiendo que la alarma no está conectada y que va a encontrar carteras con dinero. Además, muchos robos en casas y apartamentos con gente dentro terminan con heridos, violaciones sexuales y muertos.

Usted, entonces, se preguntará por qué el presidente Clinton no toma en cuenta este peligro adicional de las cerraduras en las armas. La respuesta es que no le importa porque no está de acuerdo en la utilización de armas para defenderse, con excepción de los funcionarios gubernamentales, tales como los guardaespaldas presidenciales.

Si una familia vive en un barrio seguro, quizá mantener su arma bajo llave y escondida puede ser lo mejor. Pero para las familias que viven en barrios peligrosos, la mejor opción es enseñar a los niños a no tocarlas, pero mantenerlas accesibles. Esta es una decisión que mejor se deja a los padres, en lugar de ser tomada por congresistas.   


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